Partir de una convicción acerca de qué es la poesía. ¿Cómo y cuando el lenguaje del habla cotidiana se convierte en poético?¿Por cuáles leyes una cierta organización de palabras llega a ser el poema? Preguntamos, en fin, : ¿de qué manera vive la poesía, y dónde está la cifra de su misterio? Todo parece ilustración del afán del arquero que no acierta en el blanco.
Desde la antigüedad, el pensamiento se ha ocupado de la existencia de la poesía; ha preguntado por su ser y por su manera de ser, su presencia y existencia, su materia y secreto, su gravitación y su ausencia, su aliento y su hálito. Los seres humanos saben que hay algo llamado poesía, que los poemas están al alcance de sus manos o delante de sus ojos, y aparte de eso tienen una vaga noción de lo poético. Están también la visión y el cercado de los sentimientos, están la evocación, el anhelo y la intuición.
Vienen entonces las horas cotidianas, desde cuyo ramaje nos miramos, al mismo tiempo que somos mirados, son el espejo de los actos, pero también han de ser su suelo firme, pautado instante a instante. Sentido de la vida que se confunde con sus contenidos y la necesidad, para luego ser transmutado en el lenguaje de la imaginación visionaria de sí...
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