¿Cómo llega un ser al estadio de lucidez e iluminación al que llegó Octavio Paz, si no es por enraizar en un pasado mágico, telúrico, que sobrepasa la cultura o la civilización posteriores al darse del nacer y ser ya algo, al darse sólo en lo originario -para su caso el mundo Azteca- y en un aire que se ha hecho ámbito por el privilegiado encuentro de espíritus y savias?
Lo anterior está en su PIEDRA DE SOL, fijado como horizonte para la aparición del propio ser delante de sí mismo. J. M. Cohen dice de él: "El primer poeta que fundió las corrientes de la poesía náhuatl y la mexicana fue Octavio Paz, quien ha logrado este propósito mediante un persistente inquirir sobre la realidad entera. Paz parece ´haberse lanzado en busca de la más desesperada experiencia para poder surgir de ella con un grano de esperanza´, ha escrito Ramón Xirau. En efecto, la primera poesía de Paz es violenta y escéptica. Por lo que se refiere a la técnica, sus influencias fueron la social y la surrealista".
Ha de añadir Cohen su logro de unir como fuerzas paralelas la mente humana y el instinto de la naturaleza.
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