EL SIGNO
Nos es preciso, instante a instante, en nuestra relación con nosotros, con nuestra vida y con la vida misma o su darse en el mundo, estar delante siempre de algo que en el desconocimiento escapa a nuestras manos o a nuestra voluntad, y hace que nuestro rumbo tome esta o aquella dirección...Es lo inesperado, o aquello que se espera, se teme y se elude en el extrañamiento y en la herida...
La postura es la entrega, la aceptación y la confianza: pero no éstas una aceptación y entrega en la figura de un vencimiento, sino en la afirmación de una soberanía de conciencia y presencia de espíritu, que sabe de la urdimbre secreta de todos los sucesos para que una vida sea vivida desde sus propios designios, los mismos que en el secreto de un más alto fluir, se harán nuestro Signo, e igualmente escenario de afirmación del Ser...
miércoles, 11 de marzo de 2015
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