La parte alta de la ciudad era de casas levantadas hace más de un siglo, y ahora sus paredes de tierra, de tapia pisada, son sostenidas sólo por el milagro. Una calle estrecha, inclinada al bajar, entre puertas y ventanas cerradas. La ciudad está cerca y una mujer aún joven baja, con la mirada perdida, puesta en un firmamento de nubes. Un transeúnte la miró, se le acercó y le hizo una pregunta: -¿Qué le pasa, señora? A lo que ella respondió: "medito..."; le preguntó él: ¿para qué? y ella le responde: -Para saber qui´´en soy y para comprender lo que me pasa.
martes, 11 de febrero de 2025
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