martes, 21 de enero de 2020

EL SUCEDER

                                                HOY DEL FUTURO

La vida, en figura de "las cosas" sucede, todo, nuestro ser mismo en mitad de su círculos cerrados, los episodios desde el exterior hacia nosotros...Está el instante mismo, de una inmovilidad que nos obliga a volvernos hacia el movimiento; de la quietud al vértigo, como desde ese afuera hacia nuestro adentro que debe en el mismo instante salir y verse expuesto: un espacio y su luz, lo que nos hiere, un hostil escenario, oscuridad y ausencia que son la misma herida...Pero ese escenario es a un tiempo real y subjetivo; entra en la espera y en la acción, en el retraimiento y en el ofrecimiento.  Las figuras, las presencias, las sendas o las calles, los muros, las ventanas que son como los rostros, estrán allí y aquí, en nuestro interior dándonos otra forma.  Se espera y se vive un instante sobre el cual vuela la anticipación, pero ésta debe ser conjurada...Hoy no lo ha sido y sí lo ha sido, pero ya en el refugio, en un saberse lejos de la interperie. Ésta vendrá, no obstante, y hay que vivirla en este mismo instante. "Sentirnos" al estar, al ser y al hacer o al actuar, en fin, dentro del movimiento de un ir...Todo iría así preparando lo futuro, lo por venir haciéndose un pasado aún o siempre vivo, actual y actuante entre frío y niebla o desamparo.

jueves, 9 de enero de 2020

DE ALVARO URIBE RUEDA

                                                BIZANCIO, EL DIQUE ILUMINADO


Escribió Álvaro Uribe Rueza su BIZANCIO en el horizonte de la concepción mística del universalismo, con sus raíces judías y helénicas, así como con su herencia cristiana. Es la difícil averiguación de los surcos de una historia, de una leyenda y de un espíritu por los cuales se hizo realidad nuestro universo "hispánico", con la reconstrucción de una civilización cuyo historia es nuestroa actualidad, en esta geografía americana que ha hecho suya la lengua imperial de Castilla, y que hacen porción esencial de nuestro ser al hundir sus raíces en Bizancio, en ese "dique" que se iluminó cuando defendió a Occidente de la conquista de la civilización asiática: así fué cómo granaron presncia Europa, España e Hispanoamérica, o en el decir del autor, nuestra deuda y vinculación al Imperio Cristiano de Constantinopla. Al escribirlo, estaba tras los móviles del hallazgo que España hizo de nuestro Continente, y dió así con la toma de Granada, episodio protagonizado por la reina Isabel La Católica como reacción de la cristiandad ante la caída de Bizancio en manos de los turcos. Bizancio había sido erigida  por el emperador romano Constantino en capital del Imperio, al tiempo que convertía al Papa en el verdaedro sucesor de los emperadores. Delante de la invasión bárbara y del avance del mundo asiático sobre el Imperio Romano, Constantino transladó el gobierno de Roma a Bizancio para la unificación de tres herencias: la helénica, la judía y la cristiana.

                               
                               
                               
                               
                               
                                                   
                               
                               
                               
                                .