martes, 21 de enero de 2020

EL SUCEDER

                                                HOY DEL FUTURO

La vida, en figura de "las cosas" sucede, todo, nuestro ser mismo en mitad de su círculos cerrados, los episodios desde el exterior hacia nosotros...Está el instante mismo, de una inmovilidad que nos obliga a volvernos hacia el movimiento; de la quietud al vértigo, como desde ese afuera hacia nuestro adentro que debe en el mismo instante salir y verse expuesto: un espacio y su luz, lo que nos hiere, un hostil escenario, oscuridad y ausencia que son la misma herida...Pero ese escenario es a un tiempo real y subjetivo; entra en la espera y en la acción, en el retraimiento y en el ofrecimiento.  Las figuras, las presencias, las sendas o las calles, los muros, las ventanas que son como los rostros, estrán allí y aquí, en nuestro interior dándonos otra forma.  Se espera y se vive un instante sobre el cual vuela la anticipación, pero ésta debe ser conjurada...Hoy no lo ha sido y sí lo ha sido, pero ya en el refugio, en un saberse lejos de la interperie. Ésta vendrá, no obstante, y hay que vivirla en este mismo instante. "Sentirnos" al estar, al ser y al hacer o al actuar, en fin, dentro del movimiento de un ir...Todo iría así preparando lo futuro, lo por venir haciéndose un pasado aún o siempre vivo, actual y actuante entre frío y niebla o desamparo.

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