La pregunta se hace desde la ausencia de toda respuesta; desde la imposibilidad y las desapariciones. El pensar no da ninguna solución al pensamiento que quiere explicar, reconocerse, volver sobre su cauce. La pregunta no se hace o no se ha hecho desde la razón, la fe o la creencia sino desde el vacío.:
"-¿Cómo tengo pues que amar a Dios"?- "Tienes que amarle mirándole como un no-Dios, un no-espíritu, una no-persona, un no-formado: como no siendo más que una franca, pura, clara unidad, lejos de toda dualidad. Y dentro de este Uno nos hundiremos perpetuamente, dejando el ser por la nada. Que para ello nos asista Dios,". D. H.
Para nosotros lloraba un violín ciego
Un manantial de piedra
El invierno la estación sin rostro
Cuando las uvas están negras
No hay comentarios:
Publicar un comentario